jueves, diciembre 22, 2011

Políticos mexicanos: episodios biográficos

Solo se ha confirmado la veracidad de la siguiente información en los políticos de muy alto nivel, es decir, en los aspirantes a la Presidencia de la República.

0 a 6 años de edad:

Nacimiento. La enfermera neonatal tuvo dudas sobre el tamaño del cráneo inclínándose a creer que “lo tenía muy chiquito”. Informado el pediatra sintió la gozosa sensación de superioridad de quien conoce lo importante: solo un verdadero médico sabe que “chiquito” se hace científico llamándole “microcefálico”. Lo comprobó midiendo el cráneo del bebé con una cinta métrica que le prestó Conchita, la conserje encargada del aseo de los baños del área de cuidados intensivos, baños que, como es fácil inferir, son poco usados porque los pacientes del lugar están tan apegados a la cama que se confunden con ella. Esa felíz circunstancia -el poco uso de los baños, no la indiferenciación cama-paciente- le deja tiempo libre a Conchita para hacerle calzoncitos a sus 7 hijitos aprovechando la tenue tela de las batas desechables y, en el afán perfeccionista que la caracteriza, los hace bajo medida. Por eso tiene la cinta que prestó al galeno.
El pediatra, entrenado en una cadena hospitalaria ominosamente ligada a los ángeles, formada gracias a la genialidad de su dueño previamente director general de la Cruz Roja Mexicana, sabe que nunca se debe dar una noticia como esa a un padre que es, a la vez, político exitoso. Pensando que el progenitor podría desentenderse del pequeño vástago debido a la herida narcisista de tener un hijo microcefálico pero, sobre todo, sabiendo que podría reaccionar como cualquier emperadorcillo que castiga al portador de las malas nuevas, decidió no compartir el diagnóstico ni hacer nada pensando, correctamente, que el pacientito habría de hacer carrera en la política mexicana, donde, sin duda, las limitaciones intelectuales no impiden llegar a ser diputado, senador, gobernador ó, incluso Presidente de la República.
Con ligeras variantes, lo narrado también se aplica a uno de los candidatos nacido en el IMSS. La divergencia principal es que no se consiguió una cinta métrica. La conserje hacía calzones "a ojo" y se llamaba Fidencia.

Otros acontecimientos relevantes en este período de nuestro actual político de alto nivel fueron 3 episodios de diarrea incontenible y 5 descalabradas ocurridas mientras jugaba a “Policías y Antorchistas”. Es que a él siempre le gustó ser policía. Gracias a esa vocación consiguió que varios “Kens” y “Barbies” se declararan culpables del robo de galletas Oreo. Conserva, con orgullo, una caja llena de piernecitas, bracitos y cabecitas como recuerdo de su habilidad investigadora infantil.
Fue en esta etapa del prócer que recibió su mayor dosis de instrucción sobre las clases sociales mediante la visión y audición repetida y contínua de esa joya televisiva nacional intitulada “El chavo del ocho” alternada con la transformación del protagonista, eterno anciano infante, en “El chapulín colorado”. Ahí se le instaló, profunda e irreversiblemente, la capacidad para actuar en sus presentaciones públicas actuales, casi simultáneamente, como “Quico”, “Sr. Botija”, “Bruja del 49” -personaje éste que le ha causado algunos desacuerdos con su asesor de imagen pública- y “Don Ramón” . Disfruta mucho sintiéndose “El profesor Jirafales” porque le asocia la fantasía de un enorme pene. Sin embargo, su especialidad es la impersonación de “La Chilindrina”. Para desgracia de la pasiva masa de observadores que somos la mayor parte de los mexicanos, solo saca a la Chilindrina en privado, cuando convive con sus amigos pedófilos.
recordemos que el entrenamiento en clases sociales solo es común a los políticos del PRD, PAN y PRI. Solo se excluyen los del VERDE y el PANAL porque estos jugaban exclusivamente a ser administradores de cuotas del IFE y sindicales y, para asustar a los vecinitos, se disfrazaban de Elba Esther.

sábado, diciembre 10, 2011

Tres Sonetos de Sor Juana









El abrazo del odio es más fuerte que el del amor, dice Kundera en alguno de sus escritos. Lo cierto -¿será?- es que el odio y el amor en sus diversas combinaciones, mezclas y diferenciaciones son los motivadores, los impulsadores, de la mayor parte de las acciones y creaciones humanas.


Sor Juana Inés de la Cruz, la monja mexicano-hispánica del siglo XVII, poseedora de intelecto y talento excepcionales escribió un largo poema llamado "Primero sueño" que puede considerarse uno de los intentos mas bellos y profundos por explorar el interjuego entre las emociones y la generación del conocimiento.


Seleccioné para transcribir aquí tres de sus sonetos -parciales- porque son particularmente articulables a la sensación de conflicto emocional que, creo, todos alguna vez conocemos pero rara vez describimos con la potencia de la poesía iluminante.


Mira como en los Sornetos 176, 178, 182, Son Juana hace batallar, perfectamente rimados, al amor, al odio y a la razón:


176


"Yo no puedo tenerte ni dejarte,


ni sé porqué, al dejarte o al tenerte,


se encuentra un no sé qué para quererte,


y mucho si sé qué para olvidarte"





178


"De ver que odio y amor te tengo, infiero


que ninguno estar puede en sumo grado,


pues no le puede el odio haber ganado


sin haberle perdido amor primero.


Y si piensas que el alma que te quiso


ha de estar siempre a tu afición ligada,


de tu satisfacción vana te aviso:


pues si el amor al odio ha dado entrada,


el que bajó de sumo a ser remiso,


de lo remiso pasará a ser nada."


182


"No es solo por antojo el haber dado


en quererte, mi bien, pues no pudiera


alguno que tus prendas conociera,


negarte que mereces ser amado.


Y si mi entendimiento desdichado


tan incapaz de conocerte fuera,


de tan grosero error aun no pudiera


hallar disculpa en todo lo ignorado.


Aquella que te hubiera conocido,


o te ha de amar, o confesar los males


que padece su genio en lo entendido


juntando dos extremos desiguales:


con que ha de confesar que eres querido,


para no dar improporciones tales."




¿Qué tal? ¡Vaya monjita!




jueves, diciembre 01, 2011

¿Tristeza ó Depresión?






Espero no caer en depresión. Conozco intelectualmente todo lo que es una depresión pero nunca la he conocido en persona.
El ánimo que conozco bien es la tristeza pero una y otra son radicalmente diferentes.
La tristeza siempre tiene relación con un vaciamiento en el mundo. El mundo se vació por la muerte de alguien muy significativo. Se vació porque desapareció mi modus vivendi al quebrar mi fabriquita de imágenes y estatuitas de la Virgen de Guadalupe y de San Juandieguito hechas, sepa la chingada como, a la mitad de mi precio por los chinos.
Pero la tristeza no me anestesia. Sigo teniendo “pila” para enojarme, para reclamar, para sentir rabia ó incluso ansiedad. ¿Ansiedad? ¡Claro! La ansiedad ligada a la tristeza tiene una función vital: Me avisa del peligro, me avisa de las pérdidas, me avisa de mi indefensión para que me movilice, para que tome medidas.

Si estoy triste puedo llorar con lágrimas


La depresión no proviene del vaciamiento del mundo. Viene del vaciamiento del Yo.
La pérdida es la de la propia persona, todo lo que ha servido para auto ubicarse y definirse se pierde y me experimento a mi mismo como un cascarón hueco.
Toda emoción ha recibido una inyección de Lidocaína o cualquier anestésico y, aunque sé, en la cabeza, que debiera sentir alegría y esperanza al ver en el noticiero la sorprendente -por inusual- narración de que un policía ayudó a evitar que una ancianita se achicharrara en el incendio de su casa-choza REALMENTE no me importa ni siento NADA.
Sé que debiera indignarme al oír sobre la enorme cantidad de pequeños y medianos negocios que han tenido que cerrar por los chinos y por las extorsiones pero NO ME IMPORTA.
No quiero pensar, no quiero visitas, no quiero ninguna pregunta, no quiero moverme, las bolsas vacías de frituras, el alimento que menor esfuerzo me demanda, se van acumulando por todos lados mezcladas con vasos de fondos pegajosos y negruzcos por algún residuo de refresco que no tuve ganas, hace días, de terminar.
Estoy fermentándome en mis propios fluidos y cada vez me semejo mas a los sucios y deshilachados esquizofrénicos callejeros.

Deprimido no lloro. Se vació el Yo y con él las glándulas lacrimales.
El teléfono suena y no lo contesto pero he dejado el altavoz de la respondedora automática. Oigo dejar mensajes a vendedores, acreedores y algunos seres preocupados por mi. Falta poco para que la máquina se sature y, en ese momento, dejaré de escuchar mi nombre pronunciado por humanos. Yo hace tiempo que me trato genéricamente, despersonalizadamente.
Mi ánimo y mi mente están tan despoblados que me sorprende que siga vivo. Mi carcaza sigue haciendo lo que se requiere para vivir… mmmhhh
Que fuerte soy.