martes, marzo 31, 2009

NUEVO MILAGRO GUADALUPANO




Mrs. Clinton, originariamente metodista, se ha convertido al guadalupanismo.

Bueno…es un decir.
Al menos eso se podría creer después de leer las reseñas que la prensa mexicana (Reforma-Norte; Universal) hizo sobre la visita a La Morenita porque narran que la Hillary “Quedó Maravillada”… "Impactada –dice otra nota-", "Extasiada, dice otro", por el siguiente diálogo:

-“¿Quién pintó el cuadro?” le preguntó a Monseñor Monroy

-“Nadie”, respondió el prelado, agregando: “Dios”

“OHHHHH….That’s wonderful”

Me encantaría escuchar las opiniones de la Sra. Clinton, instalados en cómodos sillones del Salón Felatorio Oval y facilitando su sinceridad con la remembranza de Lewinsky y unos “caballitos” de buen tequila

miércoles, marzo 25, 2009

La fuerza de la debilidad


San Obama de Porres


Yo admiré siempre a Simona

Mendiga de oficio y méndiga profesional, hizo de su debilidad fuerza y solo Macario, el agiotista del pueblo, era capaz de no ceder absolutamente nada ante los ruegos, exigencias ó amenazas de Simona. Macario era más méndigo que Simona.

Mi presidente, Felipe Calderón, me hizo evocar a Simona y, debo decir, hasta me ha parecido inteligente últimamente.

Resulta que Felipe le ha mostrado, desafiante, las llagas pútridas a Obama y lo ha amenazado con tirarle obuses de pus exactamente en el centro de las estrellas – a nivel de la vigésimasexta- y Obama ha respondido con amabilidad, cortesía y ofertas de limosnas mas generosas.

Creo que Calderón ha sido casi tan inteligente como Simona porque hacer eso con Bush-Macario hubiera acarreado un portazo achatador de naríz.
El único problema que le veo al asunto es que Simona se definió mendiga para toda su vida cuando el ingenio y la capacidad le daba para ser, cuando menos, Hillary

viernes, marzo 20, 2009

El Vampiro


Ocurre de pronto que caminas en algún centro comercial como caminaba el cazador hambriento de la prehistoria, esto es, con una especie de automatismo que dirige todo tu ser hacia la presa y súbita, inesperadamente, se interpone un tipo en el camino y te abraza con efusión y dice tu nombre y al captar tu perplejidad te dice el suyo y solo hasta que te recuerda que compartiste una desaforada farra con él hace chingomil años, en un tugurio merecidamente desaparecido, evocas neblinosamente los pocos rasgos que le quedan después del desastre erosionador que le causó el tiempo. Desastre que no adviertes en tí porque en el espejo solo quieres ver la barba que te afeitas. El ser que buscaba la presa pierde el rumbo y se deja inundar de reminiscencias.

Ayer se repitió el acontecimiento aunque con variantes escenográficas. Mi presa era "Los detectives salvajes" del chileno-mexicano Roberto Bolaño y ahí iba concentrado y tenaz atrapando palabras cuando se me plantó enfrente Efrén Rebolledo.

Bolaño en su libro transcribió "El vampiro" de Rebolledo y provocó mi viaje en el tiempo paralizándome en medio de sus páginas-centro comercial y me llevó a tiempos adolescentes, a la memoria del poder que unos versos ejercían sobre mi libido. Tan fuerte es el recuerdo que casi peligrosamente olvido la caza planeada.

"El Vampiro"

Ruedan tus rizos lóbregos y gruesos

por tus cándidas formas como un río,

y esparzo en su raudal crespo y sombrío

las rosas encendidas de mis besos.

En tanto que descojo los espesos anillos,

siento el roce leve y frío de tu mano,

y un largo calosfrío me recorre y penetra hasta los huesos.

Tus pupilas caóticas y hurañas

destellan cuando escuchan el suspiro

que sale desgarrando mis entrañas,

y mientras yo agonizo, tú, sedienta,

finges un negro y pertinaz vampiro

que de mi ardiente sangre se sustenta.

lunes, marzo 09, 2009

"LA HAINE"



La Haine (el Odio) - video powered by Metacafe


(Prolegómeno no pedido pero irresistiblemente dictado por mi mala conciencia: Aunque todavía ruedo en el colote, he desarrollado la habilidad de los cojos y ya salto hasta el borde usando como muleta un trampolín de coraje).

La ARPAC (Asociación Regiomontana de Psicoanálisis, A.C.), miembro de la Internacional Psychoanalytic Association ante la que nuestra parroquial agrupación es conocida como “Monterrey Psychoanalytic Society” porque nadie fuera de Monterrey está interesado en saber que nosotros nos “gentileamos” como “regiomontanos”, organizó su vigesimoquinto congreso anual con el tema “La Maldad”.

La querida colega encargada de la logística me invitó a comentar, al alimón con su amigo crítico de cine, la película “La Haine” –“El Odio”-, estrenada en Francia en 1995 y escrita y dirigida por Matheu Kassovitz, en aquel tiempo de 27 años de edad. Nunca había oído de ella.

Poco a poco me enteré de que el film fue un exitazo en Francia en aquel tiempo porque retomó el tema de los inmigrantes marginados concentrados en especies de guetos – “Banlieues”- y sus periódicas explosiones de rebelión. La película tomó un “segundo aire” en el 2005 catapultada por los grandes disturbios protagonizados por jóvenes de estos guetos en las grandes ciudades de Francia.

Los anglosajones descubren el film ese año, lo subtitulan al inglés y, en el contexto de su tradición empirista, lo utilizan dentro de sus cursos universitarios como parte de sus esfuerzos para entender las motivaciones “antioccidentales” de éstas capas de población, particularmente jóvenes hijos de inmigrantes. Recordemos que Nueva York, Londres y Madrid habían sido objeto ya de atentados terroristas perpetrados por àrabes ó descendientes de ellos nacidos criados y educados en el propio país atacado.

Hace apenas un año empezó a circular en el mercado castellano-hablante.
Seguramente estos antecedentes hicieron la película mucho más atractiva para los espectadores del “primer mundo” al grado de que en el “imdb.com” tiene una calificación de 8.5…para mí apenas alcanza el 6 y eso porque la estética del film levanta la calificación del mediocrísimo flujo y contenido de la historia.

He llegado a cuestionar la calidad de mi “sentido común” porque encontré en Internet una sola opinión medianamente coincidente con la mía -
a thoughtful dissent- de un tal Matt Feeney, perdida entre el mar de halagos y altas calificaciones (incluso de no legos como: filmreference.com ; Stanford Humanities Review ó éste largo ensayo de Ginette Vincendeau “on line” in its entirety). Digo “medianamente” porque el buen tipo asume que la película fue “profética” de los disturbios y eso es absolutamente inexacto. Aún esta crítica fue rápidamente descalificada por un Armstrong en “a rebuttal to Feeney” .

Pues bien, me preparé para una linda batalla. Así fué.
Mis opiniones centrales fueron:


1.- Acusé al psicoanálisis de echarme a perder el disfrute de películas lindas, bien intencionadas, favorecedoras de la simpatía con los marginados como “la Haine”. Es que con estos tres lindos chiquillos, dirigidos para verse traviesos mas que violentos, que agreden maravillosamente principal y casi exclusivamente a través de las palabras, lo menos que hacen pensar nuestras teorías es que son caracterizaciones manipuladoras ó ingenuas.


2.- Sobresimplificados hasta lo ramplón, estos chicos son unos incomprendidos, discriminados, maltratados por los infames policías sádicos, torturados y humillados y, a pesar de ello, no odian lo suficiente como para matar a nadie a pesar de haber recibido un inesperado y maravilloso refuerzo, la pistola-falo que obtuvo “Vinz”, el judío, gracias al descuidado policía que perdió su arma el día de los disturbios.

3.- Son tan buenos que a pesar del arma y de todo “el odio” acumulado, ni siquiera pudieron matar al infame “skin head” –caracterizado por el mismo director y guionista Mathieu Kassovitz- y no solo eso, el pobre Vinz, duro, macho, cabrón, agresivo, ¡vomita con solo pensar en que pudo haberlo matado!.
La frecuencia de robos, violaciones, muertes, acuchillados y golpizas, transgresiones a la propiedad particular, suciedad y, en general, crudas agresiones intra-grupo en las comunidades marginadas, en la realidad, tienen una incidencia mucho mayor que en los ámbitos privilegiados y con esta película no puedo menos que preguntarme ¿Quiénes harán todo eso?...porque es evidente que el trío protagonista es bastante civilizado. Me hubiera impactado mas y me hubiese parecido mas congruente que Vinz (el franco-judío) le hubiera estrellado una molotov a la patrulla de los policías sádicos mientras estos fumaban el hashish que les habían decomisado –robado-, después de que esos canallas le hubiesen metido un palo de escoba en el culo a su amigo Hubert (el franco-negro) y que Said (el franco-árabe) hiciera bromas mientras los malditos se retorcían ardiendo entre las llamas ó, ya al menos, para no escandalizar tanto a las “buenas conciencias”, en congruencia con el odio, que entraran a robarle el dinero de las pensión a una indefensa ancianita del ghetto.
Porqué todo eso pasa en la realidad. Porque el palo en el recto es un caso real, porque la ancianita no solo robada sino acuchillada es otro caso real

4.- Amistad y personajes improbables. Kassovitz hace un truco facilón intercambiando los estereotipos habitualmente asignados a las tres etnias colocando por ejemplo el de rabia, agresividad, impulsividad y rebeldía que frecuentemente se asigna a negros, en el rol del judío. Lo racionalizador, culpígeno, verbalizador y empresario-comerciante que habitualmente se asocia a lo judío, se lo pone al negro y el estereotipo de callados, maestros del camuflaje semiótico a través del silencio, la discreción y el secreto que habitualmente se asigna a los árabes es contrastado con la ingenuidad, verbosidad y simpatía de Said. El personaje judío me pareció fuera de lugar y artificiosamente construido y, aunque los estereotipos son criticables por su función negadora de subjetividad e individualidad también, al igual que cualquier otro síntoma, reflejan alguna porción de verdad y, por lo mismo, estos caracteres son demasiado artificiosos. Dudo que haya una sola familia judía viviendo en “Les Moguets”.

5.- Planteé que la intensa presencia del cine americano, particularmente de Scorsese y de Spike Lee en “La Haine” me hacían preguntarme –todavía me lo pregunto y no pienso ir a esos guetos para responderme- si la intensa “americanización” de los marginados reflejada en la película ocurre en la realidad ó es parte del “guiño”, para mí evidente, que Kassovitz le hace a Hollywood – de hecho fue un guiño logrado. Le llamaron, se hizo amigo de Spielberg y desde entonces trabaja ahí.

6.- Flaco favor se le hace a una comunidad marginada perpetuando la tesis alienante de la película: la crueldad y represión policíaca son la causa del malestar en esa capa poblacional. No dudo que sea un factor y hasta puedo creer que esas mismas comunidades des-ideologizadas lo pudieran creer. Una buena película tendría que hacer un planteamiento que incluyera el cuestionamiento de la estructura supradeterminante del problema y, quizá, del papel que los propios excluídos juegan en su propia marginación.

7.- Tan flaco favor les hizo Kassovitz que el año del re-lanzamiento del film (2005), en medio de disturbios primitivos, sin ideas y con violencia absurda, Nicholas Sarkozy, entonces Ministro del Interior (equivalente a Secretario de Gobernación acá), aprovechó la película y una discusión con el director y guionista en su mismísimo sitio (
Kassovitz’s personal website) para hacerse promoción. Actualmente Sarkozy es el Presidente de Francia.

8.- Kassovitz acusa a Sarcozy de ambicioso y vano, pretendiente a ser un “Napoleoncito” ó estrella de “American Idol”. Creo que Mathieu tiene razón pero, interesantemente, “El comal le dijo a la olla” se dice por acá cuando se padece lo mismo que se critica. Aunque no lo puedo aseverar –requeriría estar en situación clínica para reforzar mi hipótesis- me quedó la impresión de que Kassovitz es uno de esos narcisistas –igual Sarko- que asumen poses de compromiso social cuando realmente son solo, en el mejor de los casos, “turistas” de la jodidencia y, en el peor, manipuladores del lumpen social con fines egocéntricos. Kassovitz, medio judío, explotó su condición de hijo de inmigrante para colocarse entre los marginados y el artificioso carácter de Vinz no me parece otra cosa que protagonismo de Mateo.

9.- Finalmente. Es cansadísimo ver esta película. Después de 15 minutos de continuos simulacros de agresiones entre ellos, con otros, con policías, con “Skin heads”, con los pocos caracteres femeninos etc., uno –al menos yo- espera que ¡ya pase algo!. La escena final es inesperada precisamente por la banalidad de las agresiones previas durante toda la película. Para entonces, a pesar de un pequeño sobresalto, respiré aliviado de que, por fin, terminara.

Algunos aciertos:
1.- Quizá inadvertidamente Kassovitz (porque él no lo menciona en ninguna entrevista ni en los “comentarios del director” incluidos, en perfecto inglés, en el mismo disco) muestra uno de los determinantes principales de la inadaptación social de los marginados: no hay figuras paternas (En psicoanálisis se considera la internalización mental del padre como el factor temprano determinante en que el individuo haga suyas reglas y normas de convivecia social). Múltiples estudios sociológicos muestran que la mayor parte de estas familias son mono-parentales, igual que aparece en el film.
Si sale un padre real en la película. El mismísimo padre de Kassovitz, Peter, haciendo el papel de dueño de la galería de arte en París.
Me resultan interesantísimos los vínculos de identidad compartida entre Mathieu y Nicholas. Ambos de padres húngaros, ambos medio judíos, ambos privilegiados, ambos ambiciosos y con posturas políticas aparentemente irreconciliables. Ojalá alguien estudie a fondo sus biografías.

2.- Me gustó la estética de la película. La música y la increíble y sugerente toma larga que empieza desde la ventana de “Cut Killer”, el mezclador del música, hasta la plaza en que están los protagonistas, me pareció extraordinaria.
El simbolismo del mural de “La creación del Hombre” de Miguel Ángel al fondo mientras en primer plano Hubert y el traficante tocan sus manos intercambiando droga, a pesar de sencillo, me fascinó. Igual la escena final, con Baudelaire, el “poeta maldito” con conocidísima historia autodestructiva, presidiendo desde su pared la banalidad de la violencia última.

Después de la proyección ante 200 personas del “mundo psi” y en compañía de otro comentador del film quien evidentemente era un ferviente admirador del mismo (él la eligió) yo no podría proclamar que no esperaba lo que sucedió después de compartir mis opiniones. Lo menos insultante que se me dijo fue: “Usted no tiene sensibilidad artística”; “No me explico como alguien sin capacidad empática puede ser psicoanalista” y, lo más insultante: “Hay personas que nunca apreciarán Cine de Arte. Debieran revisar películas de Stallone”.

Los tiempos en un congreso hacen que solo se permita comentar a dos personas del público. Como ocurre siempre, quienes pidieron la palabra y dieron su opinión sobre mí son militantes de “izquierda” terminé –y termino aquí- con mi consideración final:

“La Haine” es el tipo de obra que puede encantar por igual a los “izquierdistas” como a los “pequeño burgueses” porque nos hace reaccionar con una solidaridad facilona derivada ya sea de la culpa porque jamás nos hemos interesado REALMENTE en las dificultades que enfrentan los marginados cercanos a nosotros ó, nos encanta también porque podemos poner en marcha nuestro “falso self” y mostrar la siempre redituable postura de “solidaridad social” sin mayor compromiso o nos encanta también porque remueve nuestra natural antipatía hacia figuras de autoridad ofreciéndonos en la pantalla personajes policiales fácilmente odiables.

En Monterrey el disco se consigue en la librería Gandhi. 69 Pesos